Increíble.
¡Cómo nos parecemos!
Acabo de leer la web de un amigo mío, firma como Aclas, para mí es Claudio.
Su apuro como padre no proviene de las altas capacidades de su hijo ( nadie sabe hasta ahora si las tiene) sino de su autismo.Tiene un hijo autista y hoy me mandó el link a su web. Al fin lo hizo.
Me conmovió muchísimo ,sobre todo, cuando cuenta que través de un hecho fortuito se debió convertir en juguete, PADRE-JUGUETE para rescatar a un hijo. ¡Qué belleza!
Aquí transcribo esa párrafo, pero les dejo el link http://autismo.idoneos.com para que lean todo el artículo, pues los padres en apuro coincidimos en varias cosas, pero sobre todo en la creatividad que ponemos en juego, día a día para inventarnos una mejor forma de vida, por supuesto, para nuestros hijos.
Descubriendo caminos propios (por Aclas)
Somos todos diferentes ; nuestros hijos también lo son, por más etiquetas que necesitemos ponernos y ponerles para hacer mas comprensibles a los demás nuestras batallas , para poder compartir nuestros dilemas y angustias. Pero lejos de ser esa diferencia un escollo , veo en ella el principio o la fuente de la que debemos beber para comprender mejor los detalles y razones con las que nos enfrentamos .
Personalmente no tengo mucha simpatía por el psicoanálisis y su método , pero fue del pensamiento psicoanalítico, aunque no de su voluntad, que rescate dos o tres ideas que resultaron ser muy útiles en la relación con mi hijo.
Una de ellas fue la observación, terriblemente mal intencionada , de una psicóloga cuyo nombre y obra no son nada memorables, que definía el autismo como un problema de "falta de carisma paterno". No tengo ninguna duda acerca de mi carisma paternal , pero encontré en el pensamiento de esta muchacha una clave interesante para acercarme a mi hijo , que en ese momento sólo tenia relación con cosas inertes, con las cosas que brillan en tornasoles y que giran , con todo aquello que tiene un mecanismo comprensible desde el pensamiento puramente lógico. Me disfrazaría de JUGUETE .
Decidí entonces que para empezar a “rescatarlo” , debería invadir su mundo , el sistema de relojería de su pensamiento, comportándome de manera que me pudiera comprender y disfrutar como hacía con otras cosas , reaccionado de igual manera al mismo estímulo , si me tocaba el ombligo , hacia un sonido , si me tocaba la nariz otro diferente , o movía un brazo mecánicamente , o cantaba cien veces la misma canción .Ésto me dio resultados casi inmediatamente , después de meses de ausencia mi hijo volvía a disfrutar de mí y yo me volvía nuevamente necesario y podía inmiscuirme en su mundo , aunque más no fuese, como un ladrón en la noche .
Gracias Clau, por esta bellísima web.