Este material que hoy comezaremos a subir al blog, me fue brindado por la gente del Proyecto Atlántida, ver link al costadito izquierdo.
"Una persona que ama pero que carece de coraje, es una
dependiente.
Una persona que lucha pero que carece de compasión, es una
justiciera, sin más.
Una persona que tiene sentido del humor pero que carece de
compasión, es una cínica.
Una persona que ama pero que carece de sentido del humor
es una presa fácil de la desesperación".
(Rosseta Forner, 2004)
1.1.1. En el umbral del yacimiento
En el año 1969 Michel Foucault, filósofo y profesor francés fallecido en 1984, escribió el magnífico libro "L'arqueologie du savoir", que pone en evidencia la noción de ruptura en la aparente continuidad de la historia del pensamiento. La discontinuidad no es anecdótica sino básica para entender lo que sucede. Existen diferentes estratos del pensamiento que constituyen campos diferentes. Foucault hace el tratamiento de los enunciados culturales como "monumentos", no como "documentos". Por eso utiliza el término de arqueología. Parafraseando sus "cortes epistemológicos" diré que hay también "cortes emocionales" que nos hacen entender y vivir la realidad de forma diferente. Hoy nos encontraríamos ante uno de ellos. Etimológicamente, la palabra arqueología proviene de los vocablos griego "arqueo" (antiguo) y "logos" (conocimiento, tratado). La etimología nos habla, pues, de la ciencia del pasado. He querido utilizar el concepto de "arqueología" porque los sentimientos siempre han estado ahí, han estado en los cimientos de la escuela, en el subsuelo, "en el piso de abajo de la escuela" (Díez Navarro, 2004). Y es necesario explorar para entender, para valorar. La ciencia de la arqueología atraviesa cinco estadios, que se pueden aplicar a la exploración de esta vertiente oculta de la escuela:
El descubrimiento: el hallazgo de un yacimiento, la localización de elementos que identifican
una civilización es fundamental para la arqueología. En los sentimientos de los miembros de la comunidad educativa hay un caudal ingente de información y de valor.
La excavación: para conocer lo que existe en el yacimiento es preciso explorar, cavar,
descubrir. Hay que hacerlo con cuidado, porque al sacar a la luz los diversos elementos puede producirse el deterioro o la erosión.
El estudio: hay que indagar, interpretar, buscar indicios, hallar significados, clasificar, atribuir
valor. Grandes tesoros de la historia han permanecido y permanecen ocultos. Otros, que están visibles, no han sido catalogados como valiosos, por torpeza o por maldad.
La protección: los tesoros hallados han de ser protegidos, cuidados, expuestos, mimados. Han de cobrar importancia para todos. Para protegerlos han de cumplirse exigencias de diverso tipo: estructurales, organizativas, actitudinales...
La exposición: Una vez descubiertos, excavados, estudiados y protegidos los tesoros, la
arqueología los expone para general contemplación y disfrute. Se trata de bienes cuyo conocimiento se difunde y que se exhiben y se disfrutan democráticamente.
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Voy a explorar en la institución escolar en búsqueda de sus más profundos cimientos, en busca
de aquellos elementos que le confieren sentido y le dan valor. Por eso he hablado de "arqueología de los sentimientos"
La escuela ha sido tradicionalmente el dominio de lo cognitivo. En la escuela se pregunta, casi obsesivamente: ¿tú qué sabes? No es tan frecuente escuchar esta pregunta: ¿tú qué sientes? En un lejano artículo (Santos Guerra, 1980) reflexionaba con preocupación sobre este tema. Se trata de un trabajo que, de forma significativa, titulé "La cárcel de los sentimientos". Me refería, claro está, a la escuela. Dos años antes, Alexander Neill (1978) había escrito un libro cuyo título constituye un grito de protesta contra la educación academicista, autoritaria, rígida y, frecuentemente, sádica: "Corazones, no sólo cabezas en la escuela".
Es curioso analizar las reflexiones y valoraciones que hacen los exalumnos respecto a la
institución escolar y a la actuación y relaciones con ellos de sus maestros/as. Es la dimensión afectiva la que más insistente y profundamente subrayan. La que de verdad les ha dejado huella (Cremades, 1999). He oído decir muchas veces lo importante que fue para un alumno un maestro que se interesaba por sus problemas, que les conocía por sus nombres, que se relacionaba de forma afectuosa y estimulante con ellos. En definitiva, que les quería. "A ese maestro le importábamos mucho", "ese maestro creía en nosotros", "ese maestro nos quería"... Los alumnos aprenden de aquellos profesores a los que aman. Lo decía enfáticamente el famoso pedagogo francés Alain: "Pero, ¿cómo le voy a enseñar algo a este alumno?, ¡si no me quiere!".
La tramas de las emociones y de los afectos se ha mantenido oculta en la escuela. Como si no
existiera. Y, sin embargo, todos sabemos que es una parte fundamental de la vida de la institución y de cada uno de sus integrantes. Los sentimientos no se quedan a la puerta cuando se llega a ella. Entran con cada persona. Y dentro de la institución se generan y cultivan otros sentimientos nuevos.
La hegemonía de la dimensión intelectual ha dejado atrofiada la parcela afectiva. Se han
silenciado los sentimientos, se ha tratado de confinarlos a la esfera privada, se les ha controlado y castigado. Especialmente en los hombres. Y se han ridiculizado en las mujeres. Nadie ha sido considerado excesivamente inteligente, pero se ha calificado a las personas especialmente afectivas con el adjetivo peyorativo de "sentimentaloides", de "sensibleras"."En el colegio se aprende historia, geografía, matemáticas, lengua, dibujo, gimnasia... Pero, ¿qué se aprende con respecto a la afectividad? Nada. Absolutamente nada sobre cómo intervenir cuando se desencadena un conflicto. Absolutamente nada sobre el duelo, el control del miedo o la expresión de la cólera" ( Filliozat, 2003).
A pesar de que se planteaba el desarrollo integral de los individuos como el fin fundamental de
la escuela, se solía dejar al margen la preocupación por la educación sentimental. Curiosamente, Porque la vida emocional es la base de la felicidad humana. También porque una buena relación afectiva constituye un medio sine qua non para el aprendizaje. Y porque, a fin de cuentas, la falta de una buena disposición hacia sí mismo y hacia los otros convierte el conocimiento adquirido en un arma peligrosa. Sin una disposición positiva hacia el aprendizaje no se aprende. Sin una relación positiva con los otros es fácil utilizar el conocimiento adquirido contra ellos. Si se utiliza el saber para oprimir, humillar, explotar, matar,engañar a los demás, ¿merecería la pena tener conocimientos?". Fueron médicos muy bien preparados,ingenieros muy bien formados y enfermeras muy capacitadas en su oficio los profesionales que diseñaron las cámaras de gas en la segunda guerra mundial. Más les hubiera valido a las víctimas que sus verdugos no hubieran sabido tanto.
1.1.1.1. Patología de los sentimientos en la escuela
La metáfora médica es frecuentemente utilizada en educación. Como siempre, la metáfora
permite iluminar unas partes de la realidad, aunque oscurece otras. Si digo que alguien es fuerte como un león, nada estoy diciendo sobre su forma de querer o de pensar. De cualquier modo, todo el mundo entiende que la enfermedad es una anomalía que rompe el buen estado de la salud. Aquí hablamos de la salud emocional. Unas enfermedades se deben a la hipertrofia, otras a la atrofia y algunas a las disfunciones emocionales.
a. Se ha minusvalorado la dimensión afectiva. No se ha tenido en cuenta. Se ha silenciado,
como si no existiese. A la escuela se iba a aprender. El curriculum estaba integrado por un conjunto de conocimientos y de habilidades que era preciso adquirir.
b. Se ha concedido un valor pedagógico infortunado al dolor. Se utilizan como dogmas afirmaciones del siguiente tipo: "Quien bien te quiere te hará llorar", "la letra con sangre entra"... El valor del dolor parecía tener un carácter intrínseco. Más sufrimiento, más mérito. Se decía con verdadera convicción: "una escuela difícil da lugar a una vida fácil; una escuela fácil a una vida difícil". Hacer difíciles las cosas era una meta necesaria. Una forja de la voluntad.
c. No se ha valorado suficientemente la dimensión instrumental de la afectividad. El
constructivismo dice que para que haya aprendizaje significativo es preciso que el conocimiento tenga estructura interna (que tenga coherencia y sentido) y estructura lógica externa (que enlace con los conocimientos del aprendiz). Pero dice también que es preciso una disposición positiva del estudiante hacia el aprendizaje. Ni siquiera en ese sentido se ha potenciado el valor de la afectividad en la escuela.
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d. No se ha trabajado los sentimientos de los integrantes en la escuela. O no existían o, si se reconocían, no se podía expresarlos libre e intensamente. Había que circunscribir los sentimientos a la esfera privada.
e. No se ha cultivado la perspectiva teleológica de la vertiente emocional. Es decir no se ha
planteado intencionalmente la educación de los afectos en sí misma.
f. Las diferencias entre los sexos no se han tenido en cuenta. A la escuela ha acudido un
"alumno tipo medio", un prototipo estandarizado, asexuado, sano, normal... al que se ha dirigido la enseñanza y al que se le ha aplicado la evaluación.
g. No se ha considerado una meta la consecución de la felicidad. La pretensión de la escuela es el desarrollo de un curriculum integrado por un conjunto de conocimientos teóricos y de habilidades prácticas.
h. La convivencia se ha planteado exclusivamente como un modo de conseguir un clima o un ambiente propicio para el aprendizaje. Por eso se ha sobredimensionado la disciplina.
i. Un enfoque homogeneizador, escasamente preocupado por la diversidad de alumnado, ha dado a entender que poco importaba la forma de pensar y de sentir de los aprendices. El esquema era claro y sencillo: todos tienen que aprender lo mismo, todos han de aprenderlo de la misma forma y en el mismo tiempo, a todos se les ha de preguntar de la misma manera si lo han aprendido. Lo que sucede con el ámbito de los sentimientos es una cuestión baladí.
j. El silencio en torno a los temas de la sexualidad y de la vida afectiva ha dado lugar al mantenimiento o la creación de estereotipos, tabúes, mitos y errores de consecuencias nefastas para las personas.
k. Se ha generado angustia ante los problemas que han ido apareciendo sobre la identidad
sexual, la culpabilidad, la posible adquisición de enfermedades... Algunas situaciones de la vida escolar también han generado angustia en los escolares: las comparaciones, los exámenes, los fracasos, las profecías de autocumplimiento...
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l. Falta de sentido crítico ante situaciones de discriminación que se producen en la propia
institución escolar y en la sociedad: en el lenguaje, en el trato, en las expectativas, en la vida laboral, en la política, en casi todas las religiones...
m. Se han producido identificacione erróneas de la sexualidad reduciéndola e identificándola
con la reproducción, con la genitalidad, con el coito, con la vida adulta, con el matrimonio, con la
heteroxualidad, con el pecado, con la consecución del orgasmo...
ñ. No se han tenido en cuenta las repercusiones emocionales del éxito o del fracaso escolar.No es fácil meterse "en la piel" del escolar que es comparado, humillado, interpelado públicamente.
o. No se ha permitido la expresión libre de los sentimientos. Las manifestaciones del afecto eran consideradas como un síntoma de debilidad y de falta de control.
p. No se ha tenido en cuenta la vida emocional de los docentes: con qué actitudes llegan al ejercicio de la profesión, qué sentimientos genera en ellos la tarea, cómo son sus relaciones afectivas conlos compañeros, con el alumnado, con los directivos, con las familias...
q. Todo lo relacionado con el amor y el enamoramiento (que se puede producir en el ámbito escolar) ha sido relegado a la esfora de lo invisible.
r. No se ha estudiado la forma de envejecer del profesorado: cómo evoluciona su autoestima a lo largo del ejercicio de la profesión, cómo se va transformando la vida emocional de hombres y mujeres en las escuelas, qué etapas o crisis se atraviesan desde inicio hasta la jubilación y después de llegar al finaldel camino educativo.
No deja de ser llamativo este silencio, esta condena, este acallamiento de la vida emocional.Tanto la de los profesores como la de los alumnos. Parece que unos son máquinas de enseñar y los otros son artilugios para aprender y obtener buenos resultados. Algunas de esas máquinas son más potentes,están más engrasadas y funcionan mejor. Otras son de peor calidad. Eso es todo.
Silenciar, ocultar, despreciar o castigar la esfera de los sentimientos es un grave error. Porque estamos hechos de sentimientos.
"No es que nos interesen nuestros sentimientos, es que los sentimientos son los órganos con que percibimos lo interesante, lo que nos afecta. Todo lo demás resulta indiferente" (Marina, 1996:11).
Destruir esos órganos que generan el interés es, cuando menos, una torpeza. Como muchas personas han sufrido lo indecible en la institución escolar diremos también que este olvido ha supuesto una clamorosa injusticia.
1.1.1.2 Necesidad de la arqueología
Lo que ha estado soterrado durante mucho tiempo puede convertirse en una fuente de interés,de valor, de belleza y de felicidad. Es necesario, pues, ser conscientes del enorme potencial que tiene para cada individuo y para la institución escolar ese incalculable tesoro de los sentimientos y de las emociones.
Hay sentimientos hacia uno mismo, hacia los otros, hacia la escuela, hacia la sociedad. Hay sentimientos generados y desarrollados por la escuela. Hay sentimientos en la relación de todos los integrantes que están en ella.
- La arqueología permite descubrirlos, saber dónde están, de dónde proceden, qué valor tienen.
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- La arqueología hace posible su estudio, la atribución de significados, la catalogación y situación en un continuum. Esa exploración no la realizan sólo especialistas (que están fuera de la escuela).
La hacen también los integrantes de la comunidad escolar, los que viven y trabajan dentro de ella (Santos Guerra, 2004).
- La arqueología protege esos "tesoros" emocionales, los cuida, los trabaja, los expone a la contemplación y a la admiración de todos.
- La arqueología los exhibe, hace público su hallazgo para general conocimiento y disfrute. Otros, movidos por esa fecunda realidad podrán poner en marcha búsquedas apasionantes.
Hay en la arqueología una dimensión pública importante. Porque ese patrimonio, esa riqueza,no pertenece en exclusividad a cada individuo aisladamente considerado. Pertenece a toda la colectivad, a toda la sociedad. Los tesoros son tesoros por acuerdos consensuados de quienes los descubren, analizan,exponen y contemplan.
Son objeto de estudio no sólo los contenidos de las emociones sino los procedimientos y los métodos que existen (y que pueden inventarse) para conocerlos con rigor y trabajarlos con exigencia.
Nos sentimos orgullosos de nuestros tesoros, los disfrutamos, los protegemos. No sólo hay placer en el sentir. Puede existir placer en el conocer, en el descubrir, en el compartir.
Es una torpeza vivir de espaldas, indiferentes y despectivos, ante riquezas tan deslumbrantes como los sentimientos y emociones de todos los miembros de la comunidad educativa.
continuará...
pd. el subrayado es mío.
3 comentarios:
Danixa: ¡Genial este blog! Por fin alguien en Argentina se ocupa de este tema.
xenia,somos varios los que nos estamos juntando, lo que pasa es que, cuesta meter la púa, no?
Todos se atajan, y bueno...seguiremos pinchando!
gracias por tu ánimo!
Gracias por tus opiniones en mi blog!! Muy bueno tu blog. Suerte!!!
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