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escuelas obsoletas



ESCUELAS OBSOLETAS

Una reforma que se precie de querer cambiar las cosas tiene que procurar que los sujetos aprendan a escribir su propia historia en un presente cambiante y ante un futuro incierto. Esta nueva narrativa de la educación no tendría que colocar como referente y guía las listas de contenidos escolares que se han de reproducir, sobre todo teniendo en cuenta que el 50 por ciento de los conocimientos que los sujetos necesitarán para escribir sus propias historias dentro de diez años todavía no se han producido. Tampoco tendría que plantearse formas de clasificar a los alumnos por capacidades o competencias, pues se sabe que todo sujeto puede encontrar su lugar para aprender si es bien acogido y si encuentra las condiciones para ello.

De esta manera, cualquier intento de cambio en profundidad de la educación escolar no debería olvidar que estamos en un período histórico en el que, por vez primera , los niños y las niñas tienen saberes y habilidades que los adultos desconocen o que han aprendido al mismo tiempo que ellos. Tampoco debería pasar por alto el hecho de que estamos en un tiempo en el que los conocimientos necesarios para interpretar el mundo son más accesibles mediante internet, y en el que las transformaciones de los saberes ponen en cuestión permanente lo que se ha de enseñar en la escuela. Estas nuevas realidades contribuyen a que los chicos y las chicas aprendan a construir sus representaciones del mundo y de si mismos.

Por eso, las autoridades educativas tendrían que dejar que las escuelas se reinventaran a sí mismas, favorecer la creatividad e impulsar la imaginación de manera que los sujetos aprendan por sí mismos a dar sentido al mundo en el que viven. Esto ya se está haciendo en países como Holanda o Finlandia, pero aquí las autoridades se frenan a sí mismas por miedo a perder el control y por la arrogancia de querer dejar huella, a pesar de saber que en la mayoría de las escuelas el tiempo se detuvo en los años 70.

“El predecible fracaso de las reformas educativas “ de Seymour B. Sarason, (editorial Octaedro, 2003) extracto de un artículo aparecido en el Nro 2 de la revista el Ajo, experimentos para la vida . Ver http://www.ajoblanco.org/


La imágen de las sillas pertenece a la artista multimedia Silvia Maldini, se llama Cuatro Elementos. Para más info sobre ella ver: http://www.maldini-art.com

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, mi nombre es Cecilia Gozzi, tengo tu misma edad,vivo en Mar del Plata,etc. Tengo dos hijas: Paloma, que en marzo cumple 10 años, y Mora que tiene 4. No sé si tendrán altas capacidades (para mí si) pero sí que son sensibles,, ingeniosas e inteligentes. Es cierto lo de la obsolescencia escolar, por más buena voluntad que tengan.Mi sensación es que uniforman, opacan ese brillo innato que uno les ve a los chicos antes de empezar. Para mí fue difícil elegir un colegio.(Es mucho atrvimiento saber a cuál va Baltasar?) Las mías van al Schweitzer.¡Tanto que cuidan su cerebro! Como me dijo la más chiquita el otro día: "Mamá adentro de la cabeza tenemos el cerebro."(donde entre otras cosas ella dice que guarda la paciencia) Si, le dije yo, y al cerebro hay que cuidarlo. Entonces ella me contestó " yo lo cuido, nunca me lo saco". En fin, la escuela deja el iceberg como lo encontró, o peor aún, a veces choca con él.
Me gustaría mandar a las chicas a tu taller de arte pero no sé dónde los das.Te agradecería que me mandaras información. Mi mail es czzy2002@yahoo.com
Tu hijo es realmente delicioso.Gracias otra vez.

Danixa Laurencich dijo...

gracias Cecilia, ya me pongo en contacto con vos, estuve en Buenos Aires y recién me re-engancho!!!
Un saludo a tus nenas.Decile que le escriban al blog de Balta,
www.pelenbal.blogspot.com, ellas también podrían colaborar tranquilamente eh?
te escribo, un saludo
Diana

Anónimo dijo...

HOLA!!! OTRA VEZ SOY MICAELA LES QUIERO CONTAR QUE ESTAN MUY LINDAS SUS IMAGENES